Que pasaba, que todas las desgracias
eran para mí, porque hoy
me había pasado de todo,
llevaba una mañana fatal.
Lamentándome apareció ella,
era como una aparición,
era de carne y hueso,
viniste hacia mí y me dijiste,
¿que te pasa? no estés así.
Entonces yo le conté todo
y ella tuvo autocompasión de mí,
dándome ese cariño que toda persona
necesita cuando tiene un mal día.
Lo hacía con tanta dulzura y cariño
que desde un principio quede atónito,
como una persona que apenas me conocía
podía hablarme con tanta dulzura.
Pero ella era así se sentía culpable,
sin conocerme y sin haberme echo nada,
todo lo contrario me estaba dando ánimos
que a mí me estaban devolviendo a la vida.
Estando con ella yo me sentía otra persona
tenia la virtud de devolverme mi valor,
pues esa mañana me habían pasado tantas cosas
que solo ella me animó y me convenció
a que siguiera con ganas de vivir y amar.
JESÚS FANLO ASENSIO -ESPAÑA-
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