Camina despacio, querido amigo,
pero camina firme,
espalda recta y cabeza alta,
pecho henchido y una sonrisa,
que las voluntades del destino
no turben tu mirada,
esa mirada que revela en ti,
la paz contigo mismo,
y con los demás también,
recorre el camino con el amor
que siempre has regalado,
y la calma tenaz de un tiempo
tan corto como intenso,
en el que has dado y recibido,
en el que tanto te han querido,
y en el que alguna vez, has sufrido,
pero es ahora tu nuevo tiempo,
un eterno camino hacia el recuerdo,
donde has de transitar a lo desconocido,
sin embargo, querido amigo,
has dejado tras de ti,
la semilla de un rosal germinada,
que no tardará en crecer,
para la ofrenda al caminante
y el recuerdo al viajero,
en tu camino no olvides mirar atrás,
sólo de vez en cuando,
verás el trecho andado,
verás, lo lejos que ya has llegado,
comprenderás entonces, querido amigo,
que nunca caminaste solo,
que todas las almas que ves allá,
te han acompañado en el viaje,
y ahora, eres luz y faro en sus caminos,
querido amigo,
camina despacio con tu sonrisa,
mira a un horizonte inexistente
en tu infinito camino,
y a esa luna a la que antaño
enviabas poemas de amor,
ahora que puedes besarla,
háblale para que le cante a las estrellas
esos versos del alma y de pasión,
... camina despacio, querido amigo.
Angel L. Alonso
No hay comentarios:
Publicar un comentario