jueves, 30 de agosto de 2018

FRESAS


Si tomas mi equinoccio perfumado
de besos florecientes,
si tomas el aire de mis manos
llenas de caricias y planetas recién nacidos.
Toma también mis sueños de columpios
corazones y duendecillos traviesos.
Yo te mostraré, el secreto esmeralda
de los lagos y las ninfas,
te diré donde está ese camino que lleva
hacia el calvero luminoso que soñaste,
entre la fronda espesa que es mi guardiana.
Podrás llegar al mundo etéreo de mis ojos,
llegar, a mi boca templada de azahares
llegar, a mi cuerpo de estambre y polen.
Y como abeja subyugada por su aroma
libarás el néctar de las fresas salvajes
que oculto bajo la seda.

María Jesús Zaldívar Navarro 

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