Ya sabes que mis labios destilan
besos justos para los tuyos,
son exactos consuelos a tus
silenciosos gemidos, tienen
sabor de uvas cultivadas
en una noche bohemia,
con el desespero del tiempo
añejado, huelen a tus deseos,
a mis pretensiones, a nosotros.
Ya sabes que de mis manos
brotan caricias con el color
de tu piel, crecen al mínimo
intento de tus gestos, rebeldes
son ante el insignificante parpadeo,
obedientes caen en la condena
cuando muerdes tus labios,
arráncalas de mis manos
con el sudor de tu cuerpo
y déjalas libres en el jardín
de tus anhelos.
Ya sabes que mis ojos arden
por tu desnudez, cerrados
te visten de pasión, abiertos
te tocan sin razón, sin dedos
dejan marcada sus huellas
en tus suspiros, sin alas vuelan
sin permiso en el suelo
de lo prohibido, arrebatan
de tu mirada el pretexto
escondido, estampando
en tu alma el verso cautivo.
Ya sabes que en mi pecho
queman las ganas de ser playa
de tus olas, gaviota de tu mar,
gorrión en tu jaula, nube
de tu cielo, almohada donde
reposen tus deseos y revivan
tus sueños, paraíso donde
se pierde el egoísmo
y renace el amor pleno.
Luis Emilio Tigüilá Robles -Guatemala-
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