Bajo la copa senil
de esta cátedra montuna
le pido a mis manos una
mariposa juvenil.
Una, cien veces y mil
tengo que hacer estas cosas,
aunque mis manos rocosas
de tantas piedras labrar,
le es difícil atrapar
al vuelo las mariposas.
OSVALDO DIAZ AVILA
Publicado en Bajo la luz del vernao
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