miércoles, 23 de mayo de 2018

DELITO DE EDAD


He alcanzado el temor de mis mayos,
la edad no perdona mis pocos pecados
y sólo desperdicia mi última oportunidad...
pero, en este momento, estoy enamorado
algo que quizá, nunca he pensado
quizá porque era mi debilidad.

Siempre ocultando mis sentimientos
también he negado un valor que no tengo,
oculto en las sombras de mi ciudad
logré disfrazarme de todos los verbos,
toqué un corazón, en imposible sueño
y cometí el delito de amar.

No tengo la culpa, no me arrepiento
a nadie importó si nací ya muerto...
nunca fui nadie, nunca tuve un hogar
aunque lo busqué por los cementerios
que están plagados de tantos deseos
y donde al amor... le gusta habitar.

Ahora, ya... me quedan pocos años
para perderlos pensando en pasado
o... con quien no sepa soñar...
si nadie me quiere, que se aparte a un lado
todo aquel que ande estorbando
hacerme dudar, es ineficaz
porque vivo del amor trabajado,
de los besos que aún no he dado
en el lugar en que los quiero dar.

Luis Maria Saiz Laso

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