Hay noches que son tuertas,
la luna como tajadita de melón
alumbra el sendero de la tierra.
Relumbra limpiamente,
como sonrisa espontánea,
con sus dientes de cristal.
Otras muchas veces,
se empaña,
como espejo de coral.
La luna como tajadita de melón,
se posa desnuda, jugosa,
Reluciente y jadeosa.
Me sigue como aquel perro fiel.
Me mira,
me sonríe.
Alumbra
mi piel.
Misael García Consuegra
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