LA DAMA DEL RÍO

Eran los primeros días de primavera
y aun se necesitaba la lar de la hoguera,
pues hacía mucho frío
menos para la dama del río.

Era hermosa,
esplendorosa,
solo la podías ver
si eras un buen ser.

Ella hacía como si nada,
pero todo lo controlaba,
con una simple mirada,
dejaba a tu alma, apagada,
no por que fuese del mal
si no por su tratar natural,
viendo una gran mujer
que te hacía entretener.

Prácticamente,
duraba segundos,
para mucha gente
le daban su mundo,
para estar con ella,
una linda estrella,
que les daba el corazón
y les llenaba de ilusión,
pero cuando despertaban
un gran baño se daban,
pues los atraía
diciéndoles “cosa mía”.

Solo desaparece en una estación
pues no le da buena sensación
y es la estación de invierno,
a la cual la envía al cuerno.

El resto del año, está presente,
acudiendo a sus gentes,
dando una alegría al río
del que huyo, porque tengo frío.

A ti, bella criatura
que velas por la natura,
te doy mis bendiciones,
en todas las estaciones,
aunque en una de ella, no te asomes
de lo cual, no estoy conforme.

JAUME ALEGRE LASTERRA -Barcelona-