Que estas aguas no son aquellas: -eso está claro-
ni esto es Andalucía, sino Quisqueya;
¿y mis manos que cada noche sin preguntar
se bajan a aquel bosque donde quedaron
los misterios tan bien guardados...?
Ya otros pájaros volaron-pero sin descubrir
ni el nido, ni el pájaro,
quizás otros fulgores incendiaron las pupilas..
al fin se mire como se mire todo es efímero.
El sur siempre reclama el agua
da igual el sur que sea, siempre que sea sur...
Por aquí pasan muchachas mulatas
con sus cuerpos de ébano y mirada de almendra.
Con su piel tersa que hace temblar
la quietud del medio día y tanto el negro,
blanco o, cimarrón se estremecen y suspiran;
y se le erizan las plumas del cuello como gallos de pelea...
Y yo con este dolor de saberme
confundido entre la caña y el mango...
pasará la tardecita, mis palabras
sólo serán ceniza y la brisa se alimentará de ellas.
Afligirme por el momento ni puedo ni debo,
aunque por mi cabeza no dejen
de defilar imágenes, unas claras
como el agua y otras turbias
como las deja cuando pasa la tormenta...
RAFAEL CHACÓN MARTEL
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