viernes, 5 de mayo de 2017

EL REGRESO DE LAS LLUVIAS


Vamos por entre las calles amor
y entramos a la gran avenida
por encima un puente gris estático (subimos)
Abajo pasan cien carros reflejando
en sus parabrisas los mil canarios
brillantes: fieles imágenes pequeñas
del Sol en el vidrio seducidos por los acordes
de la iluminación
y nos duele la mirada
por tan repetido reflejo.

¿Te has preguntado hacia a donde
se dirigen todos amor?...

La vista hacia adelante.
Tu vista hacia adelante.

Abajo hay
ventanas que pasan
y entre la brisa y el juguetear de tu pelo
hay imágenes:
Los camellones con su bosque pequeño
al fondo hacia el poniente
la ciudad con su uniforme
serio de realidad
ahí entre los ramajes: Plantadas
una que otra rosa.

Nosotros bajamos al río
De los rojos condominios al puente
(este puente) Del puente al río.

Entre este yerbaje casi áspero
visitamos los girasoles. Tus girasoles.

(Tomas uno de ellos)

Contemplas los girasoles
con esa eternidad de ojos que van amaneciendo
con esa eternidad tuya de ciudad que vamos olvidando,

el ruido de la gente, lo cotidiano
los automóviles inquietos, las calles,
el golpeteo de la gente,
entre el fierro, el oxido matutino,
la iglesia que está próxima a su canto,
el olor a zinc que es espeso,
el olor a polvo que es extenso
entre la maraña de arbustos
entre la soledad e inquietud.
Veo tus pies deliciosos
con los que caminas y me acompañas.

Tocas una melodía divina.
Tocas tu melodía.

Tu enredándote entre el tupido
espesor verde-amarillo
de los girasoles
y una que otra áspera rama

Tu sonriéndome.

Entre las nubes altas, entre las nubes bajas
vemos como el dragón-Sol siempre
nos acompaña con sus acordes de luz
serenos
que van acariciándonos poco a poco las frentes.

Siempre el mismo dragón inmutable soplándonos
en nuestros rostros, su flama,
su estadía siempre perfecta.

Bajo un árbol (nuestro árbol) Todo lo contemplamos:
Observamos al astro en un dialogo de peces dorados en el aire
jinetear entre las nubes, entre las nubes viajeras
y luego caminamos por entre el pequeño cause desgastado, entre las piedras lisas, entre las piedras pulidas por el agua
seguimos el pequeño hilo de plata,
te tomo de la cadera
y los rojos condominios nos alertan
de las horas ya pasadas
y me miras contenta y al estar aquí contigo
todo lo veo, todo entre nosotros se arrebata
y una luz firme directa tras nuestras espaldas
nos llama y vemos como un cerro emblemático gira
vemos como se le trepa un Sol en cuclillas,
se le alza el Sol por su cima,
gira verde, azul, el cerro emblemático,
con su bendición siempre hacia a nosotros,
siempre firme El Cerro De La Silla,
en este amanecer y entre sus primeras horas.

Todo sangra bello,,,
-ves amor a aquella ave que trae pegada la aurora roja...
trae las luces como las del color de tus labios.

Saul Ponzio Ibieta

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