Una tarde fría y gris
encendí el ordenador,
estaba muy aburrido
decidí buscar amor.
Descubrí pronto un enlace
de damas de compañía,
me dije... ¡voy a probar!
voy a recrear la vista.
Hago clic en el anuncio,
"chica joven y discreta",
y me sale en la pantalla
una que estaba muy buena.
¡–Madre mía que bombón,
esta tía está de muerte!,
noto que bajo mi mano
el ratón está caliente.
–¿Hola guapa cómo estás?,
eres obra de un gran sueño,
si tu quieres hoy quedamos,
no temas que estoy soltero.
Ella solo me miraba,
con su cara angelical,
pero menuda sorpresa
cuando le dio por hablar.
– ¿Hola chato?: ¡quedé helado!
al oír aquel saludo,
–si tu quieres hoy ligamos
me puedes llamar Arturo.
RAMÓN BONACHI
Publicado en Amores Virtuales
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