Entraste subversiva a mi corazón
de manera imperceptible y sin darme cuenta,
te fuiste apoderando de todos sus latidos
y dominaste, poco a poco, el nacimiento
de nuevas ilusiones que en él se germinaron.
Sembraste dentro de él angustias y quebrantos
cuando no disfrutaba de tu vital presencia,
hiciste que le enviara vida a cientos, miles
de maripositas que revoloteaban impetuosas
dentro de mi ser al sentir tus palabras, tus suspiros,
cuando mi boca pronunciaba tu nombre.
Hiciste que sus palpitaciones se volvieran
un fuerte terremoto al sentir el roce de tu piel
ardiente y suave con la mía llena de deseos.
Hiciste que mi corazón dominara mi mente,
para que solo pensara en tu bella imagen
de diosa y deidad sublime de mis sueños.
Hurtaste mis suspiros y mis ansias de amar,
porque ya no son míos, porque de ellos,
como hábil y sutil ladrona de amor, te apoderaste.
Por eso hoy, antes que termines
de poseerme todo, quiero dejarte bien claro
para que nunca lo olvides, y el mundo lo sepa,
que eres la mas dulce ladrona de amor.
ROBERTO BATISTA PARGAS -Cuba-
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