NEGRA ORACIÓN.

Los cielos no se abrieron por mi vida,
mi oración se ha vuelto ave cantora
y en las llamas de la hoguera, los demonios,
bailan.

Busqué a Dios por los caminos y Dios,
consiguió darme esquinazo,
¡Dios! Siempre te he buscado en los caminos...
Andando.

¡Mírame, Señor! ¿Sueñas conmigo cada noche,
descubres en mis manos la morada
en la que viviste por los siglos de los siglos?
Amén.

Dormiré eternamente en tu regazo,
el pecho del que nos arrojaste a manotazos,
como a migas de pan que caen del bocadillo...
Mi bocadillo.

Atiéndeme Señor, que los demonios,
bailan mientras duermen vuestro olvido,
descúbreme mientras continúo tu búsqueda
por el camino...

Julio G. del Río -Valencia-