No vueles corazón a cada trance
que vida cubrirá con tus monedas,
cantando por las dulces alamedas,
conoces cada estigma de tu lance.
Si tiempo ha impedido tus avances
andando por las sórdidas veredas,
calcula, cuando buenamente puedas
qué hace que la noche no te alcance.
Verás como regresa el pajarraco
a ver cómo es sonrisa en calavera,
qué fue lo que mató al mismo Baco.
No cuentes la siguiente primavera,
en base a un favor nacido flaco,
en nombre de una Dama tan austera.
Julio G. del Río -Valencia-
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