Canto que se expande en el cosmos
por el resguardo de ilusiones
refugio de los hijos que se aman.
Afecto que nace sin recelos
en el resplandor de brazos que protegen
prodigar de caricias infinitas
sin atisbos de egoísmos.
Por aquella semilla que germina
vientre y corazón de la madre
que por sus retoños da la vida.
Amores que gritan al viento
sentimientos contrapuestos
ante enseñanzas necesarias
que en su momento pueden perder valor
por lo que no se aprecia.
Pero el sacrificio no existe
el amor maternal es una quimera
entre sonrisas y alegrías se teje
el regalo se acepta
instante del entrelazo intangible.
Sandra Méndez -Guatemala-
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