Estoy casado con la soledad...
y no la cambiaría por ninguna otra.
Si confieso sin embargo,
que muchas veces la he engañado,
pero siempre he vuelto una y otra vez a su lado.
Estoy casado con ella por decisión propia,
me gusta su libertad,
sus largos silencios,
su agradable compañía.
Con ella me llevo de mil maravillas,
estando junto al mar,
en el bosque o en las montañas...
Solo, muy solo, de tanto en tanto,
entre cuatro paredes ocres,
suele despertarme con algunos reproches,
preguntándome una y otra vez...
¿Por qué estás solo todavía?...
¿Por qué estás solo todavía?...
¿Por qué estás solo todavía?.
NORBERTO CARUSO
No hay comentarios:
Publicar un comentario