Llevábamos tiempo,
que el volcán no paraba de escupir fuego,
grandes destrozos hacía por las montañas
donde pueblos enteros eran sepultados,
La lava asesina, fundían los cuerpos,
hombres, mujeres, niños, ancianos…eran quemados,
dándonos cuenta de la desigualdad que teníamos,
los dioses no pararían, hasta destrozarnos a todos,
pues habíamos roto el pacto sagrado,
clamaban la deuda a pagar, por el desacato.
La gente se agolpaba en los templos gritando,
querían destrozar los nuevos ídolos, pues no lo querían,
y acusaban a todos los sacerdotes, por la ira de los dioses,
había que aplacarlos con sacrificios humanos,
como siempre se había hecho, había que volver a firmar,
el nuevo pacto.
En el templo nadie decía nada, todos callaban.
más a las sacedotisas les tocaba salvar el reino.
y con sus mejores galas salieron en fila del templo,
el pueblo calló… y en un ritual de respeto y silencio,
empezaron a caminar todos, a la montaña sagrada,
los dioses eran dioses y nosotros solo… humanos,
…Y el volcán dejó de rugir, el fuego apagó.
la gente calmó todos sus miedos. había paz,
más en el templo, el dolor era inmenso,
el gran sacerdote se había lanzado a las llamas
con las sacerdotisas y se fundió con todas ellas,
eran las estrellas de su alma…y eran todo belleza,
no hubiera podido sobrevivir sin ellas…
FRAN TRO
No hay comentarios:
Publicar un comentario