Desprendimientos,
pequeños sabios de leche,
cautivos, temblorosos,
cuerpo fuera del cuerpo.
En la noche
la mano bajo la almohada
tocando el nudo del pañuelo.
Dura la tela encerrando al diente perdido
y la boca desafinada, tironea de la punta de la sábana.
La noche convoca a los ratones
que no sólo se comen
las lenguas de los niños mudos,
sino que mudan los dientes a su cueva
que tiene un portal como una boca.
Al otro día, cuando el pañuelo
deshace la mañana en un bostezo
un billete doblado que da pena
aligera el nudo del recuerdo.
a Rocío Calmels
Del libro “Marea en las manos” de
Daniel Calmels -Argentina-
Compartido por Rolando Revagliatti
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