Llegaste a mi vida como llegan los amaneceres; con un sol radiante.
Las aves cantan bellas melodías de amor; su suave brisa me cobija con su manto.
Mi ser se estremece al pensarte, sabiendo que a mi vida has llegado; lleno de amor y encanto.
Dulce ser, tu corazón es hermoso; Dios derramó bendiciones por hacerte grande y generoso.
Ser inigualable que cada día; cada amanecer; cada anochecer, hace que mi ser se llene de ti y en cada segundo te quiera más.
Tú extraordinario como el amor; esplendoroso como el amanecer y romántico como el atardecer.
Sin proponérmelo y yo sin buscarlo has magnetizado mi corazón de bellos sentimientos.
¡¡Calla no digas nada!!
solo déjame en silencio, quererte y adorarte cada día más.
Y ahora déjame dormir para soñar que en un abrazo y un beso me entregaré a este dulce y candoroso amor.
Se preguntarán si existe, ser alguno; como el de este escrito o si es la fantasía de un escritor loco; y yo les digo ¡¡no!! es real y vive en mí.
Siempre en mí.
Olga Lucero Perez Morales
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