Sí, cuando vienes
Tengo que detener el paso
Y esperar tu mimo
Apenas cual mariposa
Tu aleteo me envuelve
Me sostiene, me llena de regocijo
Asiéndome con delicado tesón
Una sonrisa y no más.
Sí, cuando la luna de verano
Tiene esa aureola rojiza
Entonces sé que estás
Y espero a que vengas, paseando silente
Acariciándome el alma
Un palmo sobre todos, sobre la línea divisoria
Haciéndote ángel, que cincelas tu garbo.
Sí, cuando los rítmicos sones
Hacían de ti, danza inverosímil
Dibujando cada trozo de pista, lleno de luciérnagas
Y anhelo que me aprietes
Igual que un niño en su inocencia
Quizás el bardo que me porta, siempre te sueña
Pues te sabe damisela eterna, crisálida bella
Que esconde el momento para lucir tu vuelo.
Un día seremos caracoles en el espejo del lago
O reflejos de un tiempo sempiterno
Incluso amantes de noches embriagadas
Quizás nunca las saetas nos vencieron, todo nos queda.
Santiago Pablo Romero -Trigueros-
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