sábado, 30 de mayo de 2015

ÁVIDO DE DOLOR SOMBRÍO


Se desarma el alma
cuando se queda abandonada
se agita la sangre
que se diluye en las venas,
suspiros que se expulsan
y se estremece el cuerpo
entre la inmensidad del tiempo.
La soledad que se clava
ávida de dolor sombrío
lágrimas que duermen
entre las ventanas apagadas
del rostro consumido.
Quien se marcha nada deja,
que no sea oscuridad
de días brillantes de luna
que fueron apagadas
por palabras de engaño.
Se queda sola el alma
y el cuerpo herido llora
consumido y envuelto
con su piel se arropa del frío.

YOOSSETT HUELVA

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