EL JUEGO DEL AMOR
Fue ella la escogida...
y coloqué en su frente mi nombre con Estrellas
y le inundé su cuerpo de flores y de luz
sembrando a su camino el Sol de mediodía.
¡Esperanza divina!
En tus senos de sombras se abandona el error
despertando tu vientre con claridad de Luna.
Mujer, no hay precio humano que compre tu belleza,
ni divino valor que iguale tu figura.
Radiante, bella Diosa, irradia tu esplendor,
interrumpe tu andar y enséñame tu mundo
haciendo que tus labios con gotas de deseos
me entreguen con sus triunfos el néctar del amor.
Ya se visten tus carnes de gozos y esperanzas
con brillo de esmeraldas, de amatista y rubí,
y presos en tu boca la pasión y el placer
se escapan a la mía, al ¡Juego del Amor!
CUERPOS SEDUCTORES, PERFUMES EMBRIAGANTES
Lleno de poesía y de ilusión
en el vino de un beso
encontré mil caricias sostenidas del aire.
Amores y placeres hicieron de mi vida
unas veces un Cielo,
las otras un infierno.
He gozado del beso
que ama y que consume.
He visto arder mi sangre
ante la furia loca de cuerpos seductores,
perfumes embriagantes de mujeres hermosas
me han hecho claudicar en la sed del amor.
Mi alma se lamenta...
de los pechos y labios que queman al amor
y da gloria al sabor que las bocas tienen.
Amo el paraíso que hay en tu cuerpo,
y la fantasía que hay en tus ojos,
el verte desnuda y gozar tu carne;
porque más luego, ¡Polvo seremos y ceniza!
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