Sus ojos amarillos saltarines
brillaban en la oscuridad
a compases de tic tacs;
los estuve mirando un rato.
Después salí,
me sentí contrareada al cerrar la puerta,
no parecía haber diferencia de este otro lado. Me senté en la escalera con las piernas colgando;
había un aire extraño...
Y la sensación de hormigueo en la punta de los dedos
"Lo mas absurdo es tratar de alcanzar el tiempo;
estamos hartos de nosotros mismos..."
decía mi gato.
Mari Freire
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