En ausencia del Rey, la mañana está triste
llora el cielo, las nubes espesas escupiendo rocío.
La mirada ida de las ninfas reflejada en las olas, desaparecen bajo las hierbas muertas olvidadas en el tiempo.
Se despiden las olas del río, zarpado sin tiempo, pintando un adiós en el frío invierno
Se marchan, pero no antes de mirar el horizonte pero nada, nada más llevan una ausencia, un gris silencio y unas lágrimas cuajadas que gotea quemando cada vez más sus ya, abiertas heridas.
Nery. Y. López Cubilla.
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