lunes, 17 de septiembre de 2012

...Y LA SABIDURÍA


¡Qué hermosa es la Argentina! ¡Y qué sabia! Amparo aprendió en ella que nada tiene el poder de la palabra: puede herir, ensalzar, ser ejemplo o estar perseguida. Nada tiene más fuerza que un diccionario: desde él construimos un lenguaje que nos permite comunicar. Y nada tiene más sabiduría que el refranero, pues como dicen aquí: No debe cambiarse de caballo cuando estás cruzando el río.
También aprendió que al conocimiento solo se llega a través de la ignorancia; pero, ¡a cuánta ignorancia llegamos a través del conocimiento! Y desde luego, que si comunicar es un deber, la elección de la forma será siempre un derecho.

Texto perteneciente al relato El bosque de los arrayanes, incluido en mi libro Siete paraguas al sol de MANUEL CORTÉS BLANCO.

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