miércoles, 12 de septiembre de 2012

PLACIDEZ


A veces casi todo es no hacer nada,
como el silencio es el mejor lenguaje.
Te recuerdo, después del abordaje,
tan plácida en mis brazos, tan callada.

Habías sido intensa llamarada,
calcinando mi piel, gata salvaje,
mas tras el concurrente aterrizaje
sólo un leve runrún quedó en la almohada.

En la noche, desnuda de rumores,
una mutua amalgama de sudores,
saliva y semen nos aglutinó.

Tu sonrisa, tus párpados cerrados,
me describían mundos encantados
que sólo visitábamos tú y yo.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

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