viernes, 7 de septiembre de 2012

LOS AMIGOS


Y qué son los amigos sino la Patria que desentierra ángeles para ponerlos sobre las espaldas de los hombres, y de pronto, uno siente que va por la vida a puro cuento, a pura música de cuento, a puro cielo de campanas, a pura barra de partido de fútbol, a puro encuentro de mujeres hermosas.

Y qué son los amigos sino aquellos que inauguran el día junto y caminan las calles y arrodillan sus ojos cuando la justicia pasa como un enfermo, y trastabilla el hambre en el niño que duerme acurrucado debajo de los puentes.

Y qué son los amigos sino aquellos a los que le duele la lluvia de una tarde sin brillo, que le duelen los shopping donde el viento agoniza, que le duelen los niños de Jujuy o del Mundo, o cualquiera que llora cuando busca a su madre.

Y qué son los amigos sino aquellos que están sin que los llamen, que sin golpear la puerta han llegado hasta el patio de tu casa y encienden el silencio con sus risas hecha de mar y música.

Y qué son los amigos sino  el viento que en el otoño lleva el polen de las flores hacia todo el planeta y en la Galaxia explota como un arcoiris de semillas extrañas.

Y qué son los amigos sino aquellos que en este día ( y en todos ), le prestan el corazón a las luciérnagas, que no median ( como dicen algunos con la cruz en la mano), que no median, digo, sino que toman partido, toman partido por el que está caído,
por el desposeído,
por el excomulgado,
por la piedra sin nombre,
por la mano que asoma llena de cicatrices,
por el beso en la frente del suicida,
por la madre que tiene su hijo del otro lado del mar o mar adentro,
por la abuela que teje sus años con pedazos de luna,
por las lágrimas de la niña enamorada,
por el ruín que se entrega a morir sin mañanas,
por el ladrón que tiene un lanzazo en el costado,
por el hambriento que corre a un tren que lo abandona,
por el hombre que ha cortado las calles  en defensa del día,
por el cura que siente el fuego de la rosa en su pecho.

Y qué son los amigos sino el espejo en donde el hombre se repite hasta la Eternidad y el amor es el fruto del barro y la esperanza.

Y qué son los amigos sino el que se agazapa entre los lirios y la fuente, y de atorrantes, no más, roban las naranjas del vecino, se beben el café de todos los bares de la ciudad y te cuentan mentiras (que son puras verdades), que vieron al fantasma de Shakespeare en la cama con Julieta, y que Eva corría detrás de Adán con una hoja de parra entre las manos.

Y qué son los amigos sino uno mismo, el que amasa ilusiones como el náufrago que sueña encontrar en una isla la sombra de lo que ama, el que escribe poemas en un rincón del cuarto y se mira al espejo de costado,
el que ama a una mujer como un demente,
el que defiende el secreto de un secreto,
el que comparte el vino tinto que destapa casi como un ritual y en el ruido que  cae dentro la copa el diablo le acaricia.

Y qué son los amigos sino este saber que están sin que los nombres,
que uno puede confiar como en el agua que suelta el corazón,
que el Universo entero no es posible sin que exista un amigo,
que un amigo puede ser un hombre o una mujer,
que un amigo es como Dios, no tiene sexo.
Un amigo es ese otro que somos, o anhelamos ser.


Hugo Francisco Rivella
Publicado en el blog revistaislanegra.fullblog.como.ar

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