viernes, 14 de septiembre de 2012

LA ESTACIÓN DEL AMOR


La luz calma
temprano a la mañana
desvanece despacio
las sombras de la noche.
Los objetos,
formas grises, azules,
despiertan de un sobresalto.
La sustancia vuelve a sí misma.
De las olas se alza
la vida cotidiana.
La imperfección retrocede,
se rinde.
Admirados,
nos descubrimos de nuevo,
completos y hermosos,
llenos de gracia.
La paz nos envuelve
con alas de abuela.
Pensamos con ternura
en nuestros peores enemigos.
Con brazos cimbreños
deseamos alistar
de su áspera frente las arrugas
y recoger el viaje fatigado,
truncado,
en argénteos regazos de seda
de las mañanas piadosa
del joven invierno.

FLAVIA COSMA. Poeta canadiense de origen rumano
Publicado en la revista Oriflama 20

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