martes, 11 de septiembre de 2012

EL LIBRO


Hacía días que le rondaba por la cabeza la misma idea. Sabía que era una locura, pero también sabía que aquél malnacido no podía salirse con la suya. Le esperaría en la puerta de su casa, o tal vez a la salida del trabajo y en un descuido… Le robaría el libro. A fin de cuentas él lo había visto primero. Fue aquella mañana, a principios de semana, en la librería, pero se entretuvo hablando con la dependiente y esa sanguijuela cogió su edición limitada, casi robándosela de las manos… Pero eso ya no importaba, pronto todo estaría bien. El libro sería suyo.

AZAHARA OLMEDA

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