miércoles, 5 de septiembre de 2012

ASESINOS ENAMORADOS.


Volveré por que sé que hay una atardecer vacío que espera por mí,
porque hay un lugar en tu corazón donde florecen aquellas flores del mal,
dañando cada madrugada inquieta que ronda por tus esquinas.
Volveré un poco más cansado que ayer,
a desenterrar aquellos sueños que duermen en tus otoños de olvido,
a encender tus noches con melodías de plata y silencios de manzanas.
Aquellos murmullos de marfil, que alborotan las palomas de la plaza mayor,
que desnudan del asesino el baile de los puñales enamorados,
morirán llenos de veneno, en el espejo de los cuervos poseídos por la luna.
Volveré a dormirme en tus caricias de ciega apostasía,
en una descarriada inmolación, que mojando el brasero de los días,
llenara de altivas auroras las alarmas azules de tu sangre.
Entre los labios perfumados de las noches en cacería marginal,
volarán vestidos de violencia, los pájaros guerreros del amor,
en el incienso medanal arderá la furia despojada de siete abriles en celo.
Entre las flores marginadas con su néctar de aguardiente,
caerán quebradas las doncellas del banquete sumerio,
y tú y yo, seguiremos por la vereda inmortal de los mercenarios,
persiguiendo la desnudez, en la oscura hora de la ausencia.

Del libro La espada del silencio de JARO GODOY -Argentina-
Publicado en la revista Estrella Poéticas 49

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