domingo, 16 de septiembre de 2012

AMIGO SANCHO


¿Qué nos queda, amigo Sancho?,
¿qué nos queda?
De las mayúsculas palabras
solo voces confinadas
con impronta de locura.
Del valor de grande gestos
solo manos bien atadas
por abyectas ligaduras.
¿Qué nos queda, amigo Sancho?,
¿qué nos queda?
Del honor, mi fiel amigo,
¿qué nos queda?

Si la deshonra es el prestigio
de esta nueva encastadura,
si lo justo, Sancho amigo,
se convierte en beneficio,
humillaciones y torturas.
De ese tiempo tan pasado
que jamás hubo llegado
y por siempre fue temido,
¿qué nos queda, Sancho amigo?.

Apenas queda, amigo Sancho,
la mirada limpia y clara
de este orate y mentecato
que luchó en cada batalla
como el verso de Cyrano
afilado por el alma,
por un mundo más sensato.
Eso queda y nada más,
eso queda, amigo Sancho,

De este mundo me despido
y solamente a ti te pido
que esta voz que me acompaña
deje ya de ser castigo
y repose en otra espada.

Gustavo González

No hay comentarios:

Publicar un comentario