Después de leer a Ovidio, Apuleyo y Kafka, tras años de perseverantes y solitarias investigaciones, de miles de experimentos inútiles y ensayos fracasados, soportando las burlas de los pocos que conocían este ambicioso proyecto que había de situarme en la élite del mundo de la ciencia, hoy, por fin, he conseguido descifrar la fórmula que permite metamorfosear un ser humano en un perro. Lamentablemente, nadie comprende ahora mis ladridos.
Víctor Lorenzo Cinca (España)
Publicado en la revista digital Minatura 117
jueves, 26 de abril de 2012
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