La niebla
rezuma melancolía
que empapa. La humedad
prende en el alma
mientras que por la piel
fría
se desliza la desgana.
Te asomas a la ventana
la ciudad se encuentra
presa
tras la bajada persiana.
JOSÉ LUIS MARISCAL -Horcajo de Santiago (Cuenca)-
domingo, 29 de abril de 2012
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