Mujer Maravilla piensa en lo que le falta hacer
mientras avanza en su avión transparente
a los tumbos con su cartera en medio de la gente
A la mañana prepara el desayuno,
barre la cocina y vuela a su trabajo
después de vestirse en cuatro giros
con lo primero que sale del armario
y llevar a los hijos hasta la combi
que hace media hora espera abajo
Ella llega por fin extenuada a la oficina
porque su bebe anoche parece que lloraba
pero eso a nadie le importa porque es rutina
¡y entonces no trabajes mujer! su jefe le reclama
Finalmente trata de concentrarse bien pero
no logra ascender porque hay un techo de cristal
y los varones logran alcanzar objetivos primero
aunque nadie dice en voz alta el motivo verdadero
Cuando vuelve al hogar cae desmayada
con el pelo revuelto, mareada y agotada
Sus hijos se abalanzan mami, mami, te pido, te pido,
y ella saca golosinas de su bolso para tener un respiro
Se duermen por fin y ella piensa en su marido
se pone perfume y le esboza una sonrisa
como invitándolo a una fiesta
pero él sale corriendo y le dice me voy a dar una vuelta
porque me aburre tu cara de cansada
y siempre estas descompuesta.
María Cristina Azcona -Argentina-
Publicado en el libro Siempre iluminadas nunca olvidadas
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