Luz derretida en lo alto de tu beso
caricia con ojo en la punta
aferrándose a tu piel.
Lucero de azúcar
se despeña por tu cuerpo
mientras tres panteras
en tu pubis se sumergen.
Gladiolo hembra en tus ojos
lunas color mentira
en tu cuello.
Mariposas adheridas a tu voz.
Un arpa como pecado sonoro
anquilosada en tus labios.
Y un abrazo demorado en tu conciencia:
Así termina la altivez
que a nuestros instintos dominó...
Victor Diaz Goris.
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