Dulce, ingenua jovencita...
con mil y una ideas en su cabecita
Tus sueños de grandeza,
danzaban en tu mente
y,,,, como eras creyente,
te embarcaste en tu aventura
Aun sabiendo que la vida es dura.
Marcaste en tu calendario
el último domingo de setiembre
Con tu corazón saltando, llegaste al aeropuerto
Para ti, todo era nuevo y diferente,
a lo que te habías imaginado,
pero, seguiste con paso firme y decidido.
Total… ya estabas en el camino...
ahora solo tenías que seguirlo
Llegaste a un lugar seguro,
donde todo te lo indicaban
Lo cual fue una gran ventaja.
Solo que no sabías el idioma,
pero eso no te asustó
y en la escuela te registraste.
Poco tiempo pasó y hasta trabajo encontraste.
Tu espíritu aventurero
....era más fuerte que tu miedo.
Caminabas ligero, por eso no te percataste
que unos ojos azules te observaban,
tu sin decir nada
seguías con tu jornada.
Hasta que un buen día se acercó
y cortésmente te saludó
Quedaste tan impresionada,
que no pudiste decir nada
El era tan guapo y galante...
que hasta pensaste que no te lo merecías.
Pero él insistió
día a día... hasta que te convenció.
Aceptando tú, su amistad, porque en
sus ojos azules creías ver sinceridad.
Luego llegó el amor, el matrimonio,
el tiempo pasó y dos hijos llegaron
y tú, ciega de felicidad
no te dabas cuenta de sus defectos
hasta que llegas a notar
... que tu dinero desaparecía...
Ya te pusiste más alerta,
pero no tenías con quien conversar.
Solo te pusiste a observar... Y, él,
entonces dejó de trabajar
Su entretenimiento eras tú... dedicándose
el, a más licor tomar.
Así pasó un buen tiempo...
¡ya tú no podías más...!
¡... Te cansaste de soportar...!
Hasta que un buen día
decidiste... tomar a tus hijos y la
casa dejar,
Te fuiste lejos... a una nueva vida...
poder empezar.
Cristina Patty Acha -Perú / USA-
Publicado en el libro Siempre iluminadas nunca olvidadas
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