jueves, 21 de enero de 2021

DIOS MALDIJO A LOS POETAS


Dios maldijo a los poetas

yo no sé por qué será,

tal vez porque, con sus letras,

intentan imitar su fuerza creadora,

con suaves y alegres palabras

formar un mundo de ensueño,

lleno de lozanía y lontananza,

de lunas azules y arrebol;

crear un lugar de paz y remanzo

donde el alma cautiva

pueda volar sin dolor,

donde la plata y el marfil

broten y manen cual torrente

de la tibia y fecunda tierra;

donde las rosas se vistan de púrpura y grana

y el clavel muestre su contorno de seda.

Un lugar donde la paz y el amor

así como la armonía y la alegría

entrelazen sus manos

y, con alegre sol en el rostro,

perfumen la campiña y el estero.


Dios maldijo a los poetas,

yo no sé por qué será,

tal vez porque, con sus letras,

juegan con el dolor del alma

y son capaces de verter el llanto

de la persona amada e idolatrada;

trocar las dulces risas en agonizantes lamentos, 

y hacer brotar la nostalgia,

cual manantial cenagoso

de pestilentes aguas,

que se lleva la paz y el amor

y solo queda pena y dolor;

quizás será por evocar muertos y recuerdos

que yacen mejor en el sepulcro,

que revive dolorosos y amargos tragos,

deseando hablar de bellos lugares

que nunca podrán ser,

y volver a vivir el dulce momento

que el frío tiempo transtoco

de dicha en amargo dolor.


Dios maldijo a los poetas,

yo no sé por qué será,

que los manda a vagar,

por el bosque andar,

sin hallar dulce consuelo

a lo que habita en su alma;

a descubrir en un instantes

lo que asoma por las ventanas,

los dulces vitrales del alma,

de la mujer a quien ama;

a beber las gotas amargas, 

que brotan del espíritu,

al no poder alcanzar

la perfección de sus letras;

a tener el deseo de morir

por no poder describir

la belleza de la rosa,

el color de la miel,

el perfume de la mujer...


Dios maldijo a los poetas.

CARLO FIDEL GARCÍA CRUZ

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