Mujer ajada por años de trabajo
en el duro suelo de la Pampa,
en las pendientes rocosas de los Andes,
en los encharcados arrozales
del Sureste de Asia.
Mujer ajada por años de trabajo
bajo el fuerte sol de Centroáfrica,
bajo la nieve del Ártico
o la lluvia pertinaz
que nunca parece acabada.
pág. 112
Mujer ajada por el duro trabajo
que desde siglos realizara,
en campos, campiñas, aradas…,
pastora de rebaños,
obrera de las fábricas.
Mujer ajada por bajar al trabajo
en profundas minas de cobre,
de plata, de zinc, de esmeralda
verde como tus ojos,
rojas tus manos como rubís escarlata.
Mujer ajada, cansada
de cruzar aceras y calles
con multitud de pancartas
que hablan de libertad e igualdad
y de no ser maltratadas.
Benedicto Cuervo Álvarez -España-
Publicado en el libro Siempre iluminadas nunca olvidadas
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