Sobre mi cama en luces vibra tu cuerpo tibio,
cuatro soles azules ruedan sobre mi vientre,
mojas mis carnes leves con tu esencia,
una luna de vidrio se derrama en tus aguas.
Estás entre las cosas más dulces y queridas,
brotas como un aroma sobre mis dos luceros;
corres entre mis poros como oscuro torrente
y me das tu caricia, desde tu puerto claro.
Como una mariposa con las alas pintadas
resplandece en mi sangre el sabor de tu cuerpo,
soy una ciudadela de paredes desnudas,
con mi talle encendido y la cruz de mis brazos.
Sobre tu pecho firme, cuatro rosas abiertas
se deshojan amantes y abrazan tus entrañas;
voy corriendo a encontrarte, río desenfrenado,
fiel paloma escondida, lava de mil volcanes,
lluvia aguda y tormento.
MARÍA ITZA -Argentina-
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