Demorando la apertura de la economía,
escudado en proteger la integridad física de los colombianos,
más parece para cualquier malpensado,
que pensaría:
es para alargar la vida a su agonizante imagen,
porque él y sus compinches cobran cumplido su salario,
(los del Centro Demoníaco);
e invierte 10 mil millones de pesos en carros de lujo,
y en lo que va de su cuarentena 14 líderes sociales han sido asesinados.
Esta especie de yupi trasnochado,
poseedor de la chequera del país pues se la hemos dado,
en lugar de estimular el trabajo y fortalecer las instituciones invitando a pescar,
se dedica a dar pescado,
además obliga a masticar.
Castiga el empleo formal premiando el informal,
descuida a los ciudadanos de bien por el cuidado de angelitos encarcelados.
Para mí,
anarquista,
que escribo sin mucho miedo:
ese señor:
(el presidente joven más retrógrado)
que vive en la Casa De Nariño;
por populista,
está jugando con fuego sobre un Barril De Pólvora.
SERGINAZ
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