viernes, 3 de agosto de 2018

REMEMBRANZA


Basta un matiz de gracia
para moldear tu rostro,
un susurro al oído
de un recóndito anhelo,
¡acariciar la idea
de esa tarde de invierno
en que dos golondrinas
aspiraban ser cielo!

Una mirada intensa
cuyo incitante brillo
estremeció al instante
el vaivén del sentido,
¡que apacibles recuerdos
que agraciados designios!

La fugaz inocencia
sugestión de un latido,
un sonrojo en el rostro
que un roce inadvertido
se refugió en un beso
preguntando al destino:

¿Es que acaso las almas
en mortales delirios
no ameritan la gloria
de un ideal compartido?

LOURDES AVILA ZAPIÉN -MÉXICO-

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