Ella se presenta
de manera inesperada,
me cuestiona actitudes,
comportamientos inéditos,
cuando la ausencia de su voz,
invade mis plenilunios.
Mi amiga soledad
me atrae a su refugio,
de luciérnagas y voces estridentes,
con aroma a menta y salvia,
con el estrépito de las complicidades.
Ella me murmura al oído
desconocidos mensajes,
de añejas descripciones,
de planificaciones obsoletas,
de inciertos escenarios.
Ella se acerca
y merodea mi entorno,
buscando fundar
enlaces fortuitos.
Mi amiga soledad
se ubica
en franjas de infortunio,
de incertidumbre,
de éxodos,
de horizontes expuestos,
y pociones de milagros.
Ella extingue las masacres,
para cubrir la orfandad
de los silencios.
ZAIDA JUÁREZ -ARGENTINA-
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