Y...

Y platiqué' contigo... fuimos amigos, una flor silvestre el poeta, tú la más linda flor de los campos elíseos... yo abracé tu estima y encerré' esos momentos mágicos dentro de una cajita perfumada de olinalá, tú me mostraste tu corazón abierto, fluía un sentimiento que arrancaba suspiros al viento y hasta la más bella flor...Y se sonrojó la tarde, se aturdió el arrullo y el murmullo hizo eco, de amor... y hasta Dios puso atención su vista hasta el horizonte, como sintiéndose orgulloso de haber creado en el mundo el sentimiento amor... y nos despedimos, me costó trabajo hacerlo, ¿quién quiere despedirse del paraíso en tus ojos, un ángel en la tierra?... pero me tuve que ir, y con el corazón lleno de amor y una sonrisa en el rostro me fui a dormir, y por ahí de las cuatro y media de la madrugada desperté. ...pensando en ti y me puse de nueva cuenta a escribir... que bello es el amor que esta vez toca a mi puerta y a mi alma inquieta, y con sonrisa en rostro y muy alegre el corazón... le puse más tinta al tintero y más sentir a la inspiración...

Agustin H. Castañeda