Y
cuando, sin que te sientas con fuerzas para arrostrarlo,
vuelve
una vez más a ocurrir,la burla terrible, las caras sonrientes, ese frío en unos simples niños,
la pelea, los golpes, el público tomando partido por el otro
aunque yo no haya hecho nada a nadie,
imaginas que no eres bueno, que solo los otros pueden serlo,
que estás condenado por cualquier motivo horrible
que nadie se digna a revelarte.
LUIS RAFAEL GARCÍA LORENTE -Orihuela-
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