sábado, 13 de mayo de 2017

SER IGUAL A MI MADRE


Soy el bello botón guindando de la rosa
que cuelga de la rama verde acuciosa
y se zarandea con el viento, orgullosa,
pero mi madre es la rosa más hermosa
que animosa, armoniosa y fabulosa
muestra bondad en sus pétalos rojos,
como la dulzura de sus lindos ojos.
Soy el bello botón en brote de rosa,
tengo belleza melodiosa y armoniosa,
más no la de mi madre maravillosa.
Soy el bello botón carmesí de rosas
y aún no he caminado las huellas
ni las pisadas de mi madre bella;
añoro mucho de ella, imitar su grandeza,
dignidad, amistad, excelsitud y nobleza.
Ella, mi Madre, era muy admirada,
reconocida, elogiada, con amor iluminada,
muy agraciada y cromada como reina amada,
y yo, muy cortejada flechada con la mirada.
Aún soy un anhelado botón de rosa,
tengo dos amores con alma sedosa
y aún choco de la vida, su punta rocosa.
Mi Madre tuvo nueve y me conmueve;
nos crió sola y nunca renegó de nueve
chiquillos y vivió con grandes sueños,
esperanzada de darnos un mundo mejor,
para eliminar de nuestras mentes lo peor.
Tengo dos, y me ahogo en un vaso de furor.
¡Ay, Madre, nos amaste con todo tu amor!
Su paciencia de madre era hacer conciencia
y con gran sabiduría amainar desavenencia,
excelencia de una buena madre que no poseo
y como niña gimoteo y de pena sonroseo,
en mi campo elíseo y con el gran deseo
y curioseo de ser buena y abnegada madre.
¡Eso sería muy padre, ser igual a mi madre!

Rosa Elizabeth Chacón León / Elizabeth Chacon Stevens -Perú / Estados Unidos-

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