domingo, 14 de mayo de 2017

SACRIFICIO DE UNA MADRE


De la mano del destino, una Madre va
activa muy afectiva afirmativa emotiva
a la expectativa de encontrar positiva
ayuda para sus retoños... uno, dos... tres
con Dios a su lado, guiada y muy amada.

Por la hondonada va cruzando ramadas,
manadas de animales y ríos peligrosos,
y trepando muros para llegar a la ciudad.
Con la ayuda de su Deidad, la adversidad
y su animosidad quedan atrás. Se estimula.

Trémula, sostiene sus hijos enfermos y mula
de carga pareciera, émula con tres niños
pequeñuelos que aún no saben de la vida
en acometida y yacen junto a su tibio pecho
en estrecho lugar, esperando al acecho
por ducho doctor para curar de sus males.

La vida se viste de cales y de sales, hoy.
Pobre Madre veo y soy testigo de su dolor.
Por amor se sacrifica sin importar el calor
y exhausta por el sudor, sin color recibe una flor
en medio de su dolor. Es alentador saber
en su deber de Madre, sorbiendo lágrimas
de dolor, que sus hijos pueden sobrevivir.

Se quería morir; su amor maternal era grande
quería vivir por sus hijos sin alarde y en acorde
con los designios de Dios; sufriría en su agonía.
Es el día de la madre y regresa a campo verde,
aprende que la vida no es comprada y se pierde.
Atiende hijos y labores del día, la rosa humilde.

La recompensa de esta Madre es tener a sus hijos sanos sin importarle sus sacrificios de Madre abnegada, laboriosa, sacrificada y enamorada de ellos. "Solo la Madre entiende a sus hijos."

Rosa Elizabeth Chacón León / Elizabeth Chacon Stevens -Perú / Estados Unidos- 

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