Palabras, palabras,
palabras que alcanzan,
que dan en la llaga,
que lamen la herida
que yace olvidada.
Palabras que rozan
las partes oscuras,
las que se rechazan.
Que escuecen, que escarban,
que remueven lodos,
malolientes pozos.
Clavos en el oído,
puñales del alma.
Clemen Corbalán
Publicado en Acantilados de papel
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