jueves, 18 de mayo de 2017

LA MÚSICA


ÚNICA voz, dolorida y amarga.
Siempre acude cuando la soledad
inunda las paredes y es su eco
lo que llena mi alma desvelada.
Pero no fue sólo tristeza, incertidumbre,
lo que alojaron estas habitaciones.
No fueron sólo sinfonías, la oración fúnebre,
conciertos melancólicos, arias desoladas.
No. No fueron sólo el réquiem y la noche
oscura del alma entre las sombras.
Hubo silencios plenos de ternura,
acordes, melodías que acompañaron
el ardor de la pasión que se encendía
a veces, la esperanza, siempre una quimera
que aleteaba espumosa entre mis manos.
Pero siempre la música.
Cuando ardía el corazón o cuando era
ciego el rumor del abandono y rondaba
la traición por todos los rincones.
Siempre la música, como la voz de Dios,
que sólo a veces llega.

JOSÉ INFANTE -Málaga-
Publicado en Luz Cultural

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