martes, 2 de mayo de 2017

AÚLLAN LAS ESTRELLAS


Recuerda cuando los días se llenaban de naves
y las fresas de la tarde
caían en lluvia sobre las veredas
y al pisarlas con tus pies desnudos
te teñía la sangre vegetal
hasta las piernas.

Recuerda
cuando las noches se llenaban de peces
y te besabas con el meteorólogo;
al predecir buen tiempo
te quitabas los zapatos y bailabas descalza
por toda la plaza.

Tu recuerdo es una clave azul,
una llave sin puerta,
una entrada dormida,
un mensaje de tibia carne,
de sonrisas y pasto,
de pies desnudos y hierba de las tres. Tu ausencia
es el pozo que se abre en la parte trasera del cilicio
y que cuelga de los panes de la aurora
cuando llegas en la grupa
de las azules langostas de la noche.

Ahora gimen las tardes. Tu ausencia
llena de nada las glorietas. Ahora
una llave gira en los peldaños del cielo
y las nubes arrojan cuerdas de guitarras,
cencerros azules,
miradas carmines
que se amontonan en el patio de atrás,
mientras la tierra y sus entrañas
sueñan con tu regreso.

Canta un grillo.
Se desvela una rana
y aúllan las estrellas.

Gocho Versolari -Argentina-
Publicado en suplemento de Realidades y ficciones 72

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