ALMAS SIAMESAS

Diez hermosas ramas
contempla esta inmensidad blanca,
diez ramas que agitan vientos pretéritos,
que no susurran,
sino que gritan en el silencio
con alaridos que sólo entienden
aves por sí consumidas
y criaturas marinas "pulmonadas".
Códice de una vida
en un verso único narrada,
lenguaje absorbido por la memoria
que en las olas se reencarna.
Almas que en su locura
respiran brumas saladas,
confundiendo sueños y recuerdos.
Y estas ramas de letras caducas,
deshojan en cada otoño
docenas de negras lágrimas,
colmando oscuros océanos.
Cárcel de sus almas,
condena dulcemente narrada,
mientras, en la distancia,
en la tenue luz de los ocasos,
sus sombras se poseen y se aman.
Ausentes los espejos,
cada una en la otra,
queda por siempre reflejada.

José Manuel Barello